lunes, 20 de enero de 2020

Crescendo del alma


   Jubilosa noche de lluvia. Canta a aquellos que, atraídos por su encanto, resbalan en la acera mojada. Incesante regocijo ante el emanar de sus lágrimas, sabiendo que nadie ve, nadie siente. En la profundidad de sus pensamientos, rodeada y sola. Embiste turbulento de su piel desgarrando la tierra seca en un mar de duras almohadas. Gracias a todo, mentes quemadas.

   Cesa el caer del cielo, prefiere ir a casa. Donde el frío es acero y el calor la abrasa. Pero no llega, no salta, no avanza. Y es que ha vuelto la lluvia, ha vuelto el sonido, han vuelto sus lágrimas. Su sudor, su pensar, su lloro y sus mantas. El gran circo de estrellas que actúan al alba. Su magnificencia, su mirar, su sentir… La vida encharcada.


José Cote Llamas