lunes, 20 de enero de 2020

Crescendo del alma


   Jubilosa noche de lluvia. Canta a aquellos que, atraídos por su encanto, resbalan en la acera mojada. Incesante regocijo ante el emanar de sus lágrimas, sabiendo que nadie ve, nadie siente. En la profundidad de sus pensamientos, rodeada y sola. Embiste turbulento de su piel desgarrando la tierra seca en un mar de duras almohadas. Gracias a todo, mentes quemadas.

   Cesa el caer del cielo, prefiere ir a casa. Donde el frío es acero y el calor la abrasa. Pero no llega, no salta, no avanza. Y es que ha vuelto la lluvia, ha vuelto el sonido, han vuelto sus lágrimas. Su sudor, su pensar, su lloro y sus mantas. El gran circo de estrellas que actúan al alba. Su magnificencia, su mirar, su sentir… La vida encharcada.


José Cote Llamas

domingo, 16 de diciembre de 2018

Elegía de mi pensar


Profunda tristeza por la apatía que no me deja demostrarla.
Sollozo interno bloqueado en mi pensamiento.
Desesperanza abrupta de lazos incandescentes.
Soy esclavo de mi propia tiranía, mi única razón de ser.

Rojo atardecer de mi infancia en un oscuro pantano.
Negro amanecer en mi presente tullido.
Cien mil noches en una larga penumbra dormida.
Sentimientos en colores infinitos escogidos al azar.

Una raíz huyendo de la tierra para poder entender.


José Cote Llamas     

lunes, 16 de julio de 2018

Leyenda

martes, 7 de noviembre de 2017

Fondo indeseado


Fragmento de "Recuerdos del ayer"

Sereno segador de alma volátil.
En campos de arroz y vientos.
Cortando amaneceres, tentando al tiempo.

Plácida lluvia, sobre él se cierne.
Cosecha tardes, que dijo "siento".
Olvidó valores, que dijo "tengo".

Apacible hoz de cuerpo muerto.
Entre manos de culpa arrepentida.
Burlando al tiempo, inerte y sin vida.

Mansa noche que la oculta.
Inmóvil, pero limpia cielos.
Dormida, pero limpia sueños.

José Cote Llamas

miércoles, 23 de agosto de 2017

Memoria


"Because ten billion years time is so fragile and so ephemeral it arouses a bittersweet, almost heartbreaking fondness."

Ima, Soko ni Iru Boku - 1999

domingo, 30 de julio de 2017

Silueta

I

Roto enjambre de pensamientos.
Desliz de mi mano en el papel.
Putrefacta, solitaria y raquítica.
Irreal realidad sumergida en mi piel.


II

No hay futuro en el horizonte.
Niebla perpetua en el atardecer.
Esperada caída en el recuerdo impoluto.
Vida infeliz, dime qué hacer.
Pues de sombras se llena mi mente,
en el fondo condenado por siempre;
y, aun así, siento el deseo de volver.


III

Mustia oscuridad, pena y tristeza.
Sin pensar, sin razón, sin alma.
Perdido en la eternidad y desdicha.
Sueños turbios estancados para el olvido.
Olvido el momento que viví por última vez.
Sin pensar, sin razón.
Grotesco malestar en un sino de cadenas.
Memorias de una madurez, al parecer, cumplida.
Cumplo con el negro de mi existencia.
Sin pensar.
Fría noche en sentimientos cernida.
Días pasados de amor y melancolía.
Melancólico amor, inexplicable fantasía.

José Cote

lunes, 9 de noviembre de 2015

Ensueño del fin del mundo


Acto I: vida normal y amigos

      Los canales más vistos de la televisión habían estado anunciando una tormenta “no muy importante para mí” que iba a azotar la ciudad una tarde de estas. Claro, no tenía relevancia ninguna, porque ya tenía planes para salir y merendar algo con amigos al parque. Aun así, la noticia permanecía en segundo plano (como quien oye chispear: sabes que puede empezar a llover pero te da igual), alertándome de que el fenómeno iba a pasar sí o sí. Era la hora de quedar, nos reunimos en el parque de al lado de mi casa para reírnos y hablar de las cosas más triviales de la historia. Estábamos en un banco de hierro verde no muy cómodo, pero no importaba nada. Obviamente, las noticias no estaban en nuestra cabeza, se habían esfumado por completo.


Acto II: familiares


      Primera brisa a lo lejos, se mueve una palmera levemente. De repente ya no están mis amigos. Aparecen los familiares de mi chica. La madre y el padre, dándole de comer a su hijo en el parque, al lado del banco, de pie. Hablamos mucho y también nos reímos sin darle importancia al viento que se estaba levantando de forma exponencial, aunque sin hacerse notar. Empezaba a hacer un poco de frío, por lo que nos abrigamos un poquito más.



Acto III: fondo blanco

      A lo lejos aparecía un huracán con una fuerza y velocidad de catástrofe imperecedera. Empezábamos a preocuparnos, sabíamos que se acercaba lentamente y dejaba un rastro invisible y blanquecino de todo lo que destruía a su paso. Cogieron al niño y se agarraron a un árbol, lo mismo que hice yo. Les advertí que lo hicieran con toda la fuerza del mundo, pues yo sabía con claridad que estaba preparado para cualquier cosa física que se presentase.


Acto IV: caos/fondo negro

      Llegó el viento. Agarrado al árbol empezaba a oscilar como una bandera cegándome una y otra vez. Cíclicamente era golpeado por el aire sin soltarme del árbol. No veía nada, solo escuchaba gritos que venían de al lado y de alientos que intentaban luchar por las vidas de otros. Tras un gran rato así, hubo una transición no muy extraña: entraba el mar. Se veían olas pequeñas a lo lejos, como si la costa hubiera llegado a inundar el país. Poco a poco iba subiendo el nivel del agua, manteniéndonos a todos en la superficie. Tanto subió el agua que, atónitos y desde alguna cima o edificio, pudimos comprobar que la ciudad estaba totalmente cubierta de agua. Con el agua por la cintura, solo veíamos algunos rascacielos. Ya no había luz, solo se veían las estrellas que lucían magníficas y en todo su esplendor iluminándolo todo. Empezaron a haber bastas corrientes oceánicas y olas más altas. Fui el primero en ser arrastrado para dentro, pedí ayuda, pero solo logré arrastrar al padre con el niño conmigo. Ya nada se podía hacer, estábamos todos flotando en un océano negro, infinito y alborotado.



Acto V: adiós


      Las olas empezaban a tener alturas de tsunamis gigantes. Vi a mis padres abrazados sin luchar, sin oponer resistencia, sonriendo juntos. Puede que quisiera salvarlos pero intenté acercarme a ellos sin ninguna posibilidad. Se acercaba el fin y, por primera vez, me di cuenta de que lo estaba asimilando y aceptando desde que vi, esa mañana, las noticias; al igual que todo el mundo. Entre tanta agua, no me acuerdo si estaba llorando. Llegó la ola gigante, junto a ella la muerte. Mi cuerpo llegó hasta su cresta para hacer una caída libre. Mi chica se hundió sin poderme despedir de ella, mis padres caían metros más allá de mí. Estábamos ya dentro de una “bola” de agua que nos aplastaría en décimas de segundo pero la muerte se ve a cámara lenta. En el último momento, sonreí a mis padres desde lejos y susurré “os quiero a todos”.

José Cote Llamas

martes, 3 de noviembre de 2015

Algebraico

     " If you have someone that you think is the one, don't just sort of think in your ordinary mind, "Okay, let's make a date, let's plan this and make a party and get married". Take this person and travel around the world. Buy a plane ticket for the two of you to travel around the world. And go to places that are hard to get into and hard to get out of, and when you come back to JFK, when you land and you're still in love with that person, get married at the airport. "


Traducción:

     " Si tienes a una persona y crees que es única, no pienses de manera ordinaria, "Vale, pongamos una fecha, planeemos ésto y hagamos una fiesta y nos casamos". Coge a ésta persona y viajad por todo el mundo. Comprad billetes de avión para los dos para viajar alrededor del mundo. Id a lugares que sean tan difíciles y duros de entrar como de salir. Y cuando vuelvas y aterrices, si sigues enamorado/a de esa persona, casaros en el aeropuerto. "



Bill Murray